El catedrático emérito de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, Wolfredo Wildpret; el catedrático de Biología Marina, Alberto Brito, y el profesor titular Jacinto Barquín convocaron la marcha contra la construcción del puerto de Granadilla.
La propuesta la hicieron durante una charla en la que participaron en la Universidad de La Laguna y durante la cual destacaron la importancia ecológica de los sebadales para la vida marina.
Tras aclarar que se trata de "un acto académico y no político", Wildpret expresó su preocupación por la descatalogación de los sebadales de Granadilla.
Algo que consideró un "peligroso precedente" al haber sido considerados hasta ahora LIC (Lugar de interés comunitario) por la Unión Europea, en contra de numerosos informes de primera línea para poder construir el futuro puerto industrial, cuyas obras comenzaron hoy.
Wildpret, Brito y Barquín explicaron el papel decisivo de los sebadales como "verdaderos laboratorios marinos" de plantas fanerógamas con raíces que, por un lado retienen la arena, y por otro albergan a numerosas especies acuáticas.
Además, son refugio de crías por ser un lugar de puesta, al tiempo que contribuyen a funciones fundamentales para el ecosistema como son las metabólicas y oxigenantes, esenciales para el desarrollo.
Wildpret recordó en la lectura de un manifiesto que cerró el acto que la comunidad científica lleva alertando desde hace más de diez años sobre las graves consecuencias que acarreará la construcción del puerto de Granadilla.
Sin embargo, dijo el Gobierno canario "nunca" ha pedido un informe a la Universidad de La Laguna.
No obstante, el biólogo solicitó el apoyo de todas aquellas personas que defiendan el respeto a la biodiversidad, a las especies protegidas y al cumplimiento de la ley, "con independencia de su adscripción política" para que acudan a la manifestación el próximo 14 de marzo, a partir de las 12:00 horas y desde la plaza Militar de la capital tinerfeña.
Con la construcción del puerto de Granadilla se verían afectadas al menos 53 especies protegidas como la estrella de mar canaria, la tortuga boba o el caballito de mar, y, en cuanto al medio terrestre, la piña de mar como especie de flora en peligro de extinción, por no citar a otras especies endémicas de aves en peligro por la destrucción de su hábitat.
El científico hizo hincapié en que "la biodiversidad es un recurso natural colectivo, y su pérdida es una pérdida común que nos afectará a todos".
Repasó Wildpret los numerosos informes dirigidos a las administraciones y destacó la importancia de trasmitir al alumnado "los valores que la responsabilidad, el rigor, la ciencia y la verdad tienen frente a intereses de otra índole".
Respecto a las medidas compensatorias esbozadas por el Gobierno canario, los tres científicos fueron tajantes al asegurar que el Ejecutivo "no debería perder el dinero en tiempos de crisis", ya que "el trasplante de sebadales es inviable, y llevarlos a San Andrés es un disparate, puesto que tiene un puerto al lado con actividad contaminante".
Así, especificaron respecto al tiempo de reproducción de un sebadal que necesita un periodo mínimo de veinte años, ya que es muy difícil de trasplantar o reproducir una pradera marina, y reconocieron además que el sebadal de Granadilla es el que tiene mejor calidad de Canarias por su nivel de biodiversidad, aunque el de mayor extensión es el de Maspalomas, en Gran Canaria.
De hecho, las islas de La Palma y El Hierro han perdido sus sebadales debido al impacto de contaminantes, y en el caso de El Hierro a la construcción del puerto de La Estaca.
En Lanzarote solo sobrevive el sebadal de la zona norte, ya que el que estaba en Arrecife se eliminó de raíz con la construcción de La Marina.
Otra de las funciones decisivas de los sebadales es la conservación geomorfológica del litoral, al amortiguar el efecto del oleaje y estabilizar los sedimentos, lo que a su vez permite la creación de cadenas tróficas.
En el caso concreto de Canarias, un archipiélago con muy poca plataforma, la arena cae a las fosas marinas y se pierden las dunas como ha ocurrido en muchos sitios del mundo, un efecto que se vería reflejado en las playas del Médano y en el área de Montaña Roja, explicaron.
Los sebadales, además, son especialmente sensibles a la contaminación derivada del vertido de escombros, construcción e instalación de puertos, emisarios submarinos y dragado de arenas, al asfixiar a las praderas marinas y privarlas de sus elementos nutrientes.
"La conservación de la biodiversidad se ha convertido en una prioridad de cara al futuro, incluso desde una perspectiva económica, en especial en regiones tan sensibles como Canarias. Es más, parece que va a ser una de los temas preferentes en las relaciones entre la Comunidad Autónoma y la Comisión Europea. La conservación de los hábitats como mecanismo para el mantenimiento de la biodiversidad se ha impuesto en las últimas décadas como la vía más efectiva, al haber fracasado en buena medida los programas específicos de conservación de especies que no tenían en cuenta la conservación del hábitat en que se alojaban.
Esto es, si cabe, más importante en el ámbito marino, con un nivel de complejidad aún mayor, y donde la situación en Canarias es aún más grave que en la terrestre, con una pérdida generalizada de biodiversidad que está muy lejos de simplemente frenarse. Dentro de los hábitats marinos destacan por su importancia las praderas de fanerógamas, debido a la enorme productividad en biomasa y en oxígeno, a su gran biodiversidad, a la protección de la costa por erosión y por ser auténticos sumideros de CO2, y por tanto, muy importantes en la lucha contra el cambio climático.
En Europa y el norte de África estas praderas están constituidas principalmente por cinco especies dominantes de estas plantas: Posidonia oceanica, Zostera marina, Cymodocea nodosa, Zostera noltii y Halophila decipiens [2]. Estas tres últimas están presentes en Canarias, pero Zostera noltii está en evidente peligro de extinción en el Archipiélago, ya que sólo se encuentra una pequeña población en Arrecife (Lanzarote), redescubierta tras creerse extinta [3]. Por su parte, Halophila decipiens es una especie de pequeña dimensión, que forma praderas muy laxas y localizadas. Es sin duda la seba (Cymodocea nodosa) la que forma las praderas -denominadas sebadales- más importantes en Canarias para el mantenimiento de la salud del medio marino de las Islas. Es una especie distribuida solamente en el Mediterráneo y en la costa africana nororiental (sur de Portugal, Canarias, norte de Mauritania y centro de Senegal), pero localizada en puntos muy dispersos, siendo las poblaciones de Canarias de las más relevantes a nivel internacional. En el resto del Estado español se encuentra en áreas concretas desde Girona hasta Almería". (La Opinión).